-¿Como llegaste a Bendita?
Bendita empezó en el 2006, me llamaron por primera vez en 2007. Pero yo estaba trabajando como redactor de noticias de deportes y estaba cómodo. Ya tenía tres hijos, entonces tenía que pensar en la seguridad de ellos.
-¿Cuándo diste el salto?
Acá estaba Fernando Cirsci como guionista, que es muy amigo mío y para mí uno de los más talentosos que hay hoy en día. El siempre me decía “Tenés que venir, es ideal para vos que tenés una veta de humor”. Así que un día me llamaron para la temporada 2008, me vine con mi DVD del show de Stand Up de La Plaza. Me pidieron que hiciera dos viejas que tenían que hablar entre ellas y después la locución, como yo me la imaginara. Fui a grabar y cuando volví me dijeron “Queremos que te quedes”. Les dije que estaba bien, que me quedaba y les pregunto cuándo empiezo. “Mañana” me dicen. Yo tenía que entrar a mi otro laburo después de la entrevista, así que tuve que ir a renunciar y volver.
-¿Cómo fue el cambio?
Pasé a estar de pronto en TV, en horario central, canal de aire. Para un locutor, no hay forma de pedir más.
-Al principio estaban vos y Fabián Cerfoglio haciendo ese tipo de informes. Hoy hay más locutores, pero se nota una diferencia en los estilos, ¿fue difícil encontrarlo?
Lo fuimos encontrando con el tiempo. Diego Toni, productor de Bendita, me ayudó un montón en eso. Me fue llevando para donde quería. Fernando Crisci, el día de la entrevista mía, le pregunta cómo me había visto. Toni le dice “Las viejas las hizo bien, pero la locución un desastre. De todas maneras le vamos a encontrar la voz”
-Te lo contó seis meses después.
No, me lo contó enseguida. Se ve que tuvo ganas de divertirse y me lo contó. Yo me quería matar, pero al final fue así. Para mi, vos te diferenciás si laburás con honestidad. Hoy hay muchos programas que hacen formatos muy parecidos, pero la diferencia está en la honestidad de la gente que lo hace. En el sentido de decir “Yo esto lo hago así” y si al espectador le gusta te verá y si no irá a ver otro programa que le guste más. Nunca me fijé en no parecerme, si no en que tenga que ver con lo que se esperaba de mí en el programa.
-¿Como fue el comienzo, te dejaron a hacer humor?
Yo a Beto Casella lo conocí el día que empezó el programa. Tenía un preconcepto del tipo al que veía en la tele y me encontré con una persona totalmente distinta. El día que yo hice el primer chiste al aire, que en realidad se me escapó porque yo pensaba que tenía el micrófono cerrado. Después me dijeron “Siempre tenés el micrófono abierto, así que tené cuidado con lo que decís” Bueno, hago el primer chiste, risa general y termina el bloque. Lo veo a Beto que viene y pienso “Bueno, hasta acá llegó la televisión, me echan” Y me dice “Sabés que? Donde vos estás yo no te veo para darte entrada. Estuvo buenísimo lo que dijiste y por suerte lo dijiste en un hueco, porque si no por ahí te tapaban. Cuando es así, asomáte para que yo te pueda ver” A partir de ese día, todas las manos que me pudo dar, me las dio. Un genio. Hasta me chiveava todos los shows en los que estaba, al aire y yendo a verme.
-¿Te gustaría hacer algún programa?
A veces me dan ganas de hacer un programa que tenga que ver con el comediante, con el fenómeno que se dio con el circuito del stand-up.
-¿Cómo arrancaste vos con lo del stand-up?
Estudié teatro, hice cursos de preparación. Pero cuando entré en locución, de conocer gente, me convocaron unos chicos que habían hecho el ISER y un profesor, Lalo Moreno, que es la voz de La 100. Armaron una troupe con una idea de hacer algo diferente, con música, sketches. Ahí empecé a escribir, te moviliza, hice de todo a pulmón, salir a repartir volantes.
-¿Eras de los que hacen bromas en la calle para invitar a los espectáculos?
Me acuerdo que en La Plaza le afanábamos espectadores a Dolina. Yo sabía que todas las noches entraba gente hasta determinado punto de la cola, por capacidad de la sala. Entonces me iba a la gente que estaba después de ese punto y les hablaba, les contaba chistes. El tipo con la esperanza de ver a Dolina y yo ya sabía que no iba a entrar y cuando no entraba, decía “Bueno vamos a ver al pibe éste que nos estuvo hablando”
-¿Cómo llevás el ritmo diario?
El otro día hablaba con mi hijo mayor, que tiene 16 años y me decía “Papi ¿cómo aguantás vos?” Porque sabe que yo salgo de casa a las 7 de la mañana a grabar, vuelvo y a las cuatro ya estoy acá y no salgo hasta después del programa. En realidad me quería preguntar cómo hago para aguantar con 42 años, jeje. Pero la clave está en disfrutar lo que hacés. Yo escribo mis cosas y después las digo en un escenario y para mi es la gloria, es una catarsis. Me encanta lo que hago. Es como que me pagaran para jugar con la Play.
-¿Tenés proyectos para teatro?
Estoy muy entusiasmado porque estoy en un proyecto para hacer una obra más ¿de comedia, con sketches, así que esperemos que salga.
-Te dan ganas de hacer radio?
Si, por supuesto.
-¿Qué programa harías?
Cualquiera que no me hagan decir la hora, temperatura y humedad.
- Mario, queremos agradecerte por la entrevista. La gente del HOTEL
HORIZONTE te env�a un turno gratis para que puedas ir a conocerlo.
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