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Daniel Schroeder
Haciendo reír de parado

Es una de las promesas del Stand Up argentino, sin dudas el género que más creció en los últimos años. Después de un año produciendo su propio espectáculo en La Plaza, Daniel nos cuenta cómo fueron sus comienzos, sus maestros y todo aquello que se le pasa por la cabeza a un hombre que encara al público solo con un micrófono e intenta hacerlos reír.

A partir del 2 de octubre, lo vas a poder ver todos los jueves a las 22hs. en el bar Séptimo Arte, San Pedrito y Ramón Falcón en el barrio de Flores.

 
Contame cómo empezaste con el Stand UP.
Hace tres años comencé con esto, a partir de una inquietud, por autodiagnosticarme “pánico escénico”. Se me había ocurrido hacer algo tipo curso de oratoria y cuando vi la posibilidad de hacer un curso de Stand Up me pareció mucho más interesante. Finalmente resultó que me sirvió no sólo para quitarme ese miedo, si no que me dieron ganas de seguir para adelante.

¿Cómo fue la primera vez que saliste a hablar en público?
Me temblaban las piernas, hasta el final de la espalda.

¿Tenías algún ayuda memoria por las dudas?
No, pero el micrófono era una batidora. Tuve algunos furcios, por supuesto, como cualquiera que se inicia en esto. En mi caso era más grave porque le tenía mucho miedo al ridículo.

¿En cuántas presentaciones se te pasó?
En seguida. Algo te queda siempre, pero le vas encontrando el sabor a la adrenalina: del miedo pasó a ser algo placentero esa adrenalina de enfrentar a un público.

¿Te pasó alguna vez que saliste y dijiste algo que pensabas que iba a ser muy gracioso y el público no se rió?
Si, por supuesto. Le pasa a todo el mundo.

¿Cómo la remaste?
Y la remás en dulce de leche, como podés y después bajás y pensás “me fue mal”. Ojo, pasa muchísimo en el Stand Up. Si ves las páginas de “standuperos”, está lleno de esas historias. Incluso hay una que se llama “yo la pasé mal haciendo stand up”.

Es un género que viene de Estados Unidos, ¿te parece que allá lo hacen más agresivo, o digamos, con menos corrección política?
Hay muchos grosos, el norteamericano es muy fanático de este género. No se si es más agresivo, es muy personal, ellos se identifican mucho con este humor. El otro día lo veía a Chris Rock, la mayoría de ellos son actores…

Jim Carrey empezó haciendo Stand Up, por ejemplo…
Claro, Robin Williams también, Eddie Murphy. Pero te comentaba de este ejemplo de Chris Rock que decía “los blancos no pueden hablar mal de los negros, pero los negros sí de los blancos, el que tiene dinero no puede hablar mal de los pobres, pero los pobres sí pueden hablar mal de los ricos” y hacía todo un show basado en eso.

¿Cómo preparaste tus primeros shows?
Después de estudiar con Nicolás Biffi, mi primer profesor, a los seis meses hice mi primer show. Hay mucho ejercicio de escritura, porque en realidad se maneja con una premisa, un acting y un remate. No es contar chistes. Es muy importante diferenciarlo. El standupero habla de lo que le pasa a él. Yo mido un metro noventa, por ejemplo y no puedo salir a hacer el papel de un petiso. Es un humor de observación, de convertir detalles mínimos en algo gracioso. Por ejemplo, algo que nos pasa a todos, preguntarnos “¿por qué el supermercadista chino me da el vuelto con caramelos?” y a partir de eso desarrollar todo un texto.

¿Cuando decís “esto que escribí es gracioso”?
No se puede saber, hay que probarlo con el público.

¿Y dónde lo probás, con amigos antes de salir o vas tirando por ahí piezas nuevas dentro de un show?
A medida que vas avanzando y ganando experiencia, te vas dando cuenta mejor qué cosas pueden llegar a funcionar y cuáles no. De todas formas, hay lugares donde se organizan veladas de “open mic”, donde te subís sin estar previamente programado y así podés probar material frente a un público real.

¿Quiénes son tus referentes?
Martín Pugliese me parece un genio, fue profesor mío también. Ahora estoy estudiando con Flor Agostino, su mujer, que también es muy buena. Con ella trabajo la parte actoral, es para sacarle más el jugo a lo que estoy diciendo.

¿Qué fue lo más raro que te pasó arriba de un escenario?
Tuve un “heckler”. Es la palabra en inglés que define a un tipo que te interrumpe permanentemente y quiere hablar por encima tuyo. Es como que vas a escuchar el sermón de un sacerdote y un tipo se pone a hablar de Dios, no corresponde. Me pasó con un colombiano, un cirujano, un tipo culto, pero que estaba un poco pasado de copas. Cuando se levanta y me interrumpe, veo que tiene un pantalón blanco bastante ajustado y un bulto muy prominente. Entonces usé eso para rebatirlo con humor. Es trabajo de improvisación. Entonces empezaron todos “uy, mirá que pedazo” y el tipo se enganchó y amenazaba con pelar y estuvo gracioso. En un momento se puso bastante pesado y no dejaba actuar a nadie, entonces todos la pasaban mal. El tipo quería anticipar todos los remates.

¿Alguna vez se te enojó alguno?
No conmigo, con un compañero. Hacíamos un show en Hurlingham y mi compañero toca la guitarra y cambia las letras y hace una parodia de una nena que era raptada. Había un señor bastante mayor con una nena chiquita y empezó a decir que no era un tema como para hacer humor. Lo que sí me pasó es gente que por ahí te bardea.

¿Y qué hacés ahí, les contestás?
Generalmente prefiero ignorar el comentario y seguir, porque para contestar tenés que estar muy lúcido y ser muy rápido para subirle la apuesta al que te bardea con algo que sea gracioso para el resto del público. Es jugar al límite. Tenés que estar siempre cuatro pasos adelante, porque si quedás mal no se te ríe nadie o te ponés al público en contra.

¿Dónde te podemos ver?
Este año cerré un espectáculo de una temporada en el Paseo La Plaza con el show “De qué te reís?” con otros comediantes. Es un show que hicimos con producción propia. Ahora estoy yendo como invitado a otros shows con un monólogo que se llama “Caliente” Si me quieren buscar, tengo una página en Facebook que se llama  Dany Schroeder Stand Up, donde voy publicando los lugares donde voy a estar.

 

 
Backstage

Comenzó a estudiar Stand Up hace tres años como una forma de vencer su miedo escénico. Se formó de la mano de referentes del género en Argentina como Nicolás Biffi, Martín Pugliese y Florencia D´Agostino.

A partir del 2 de octubre, lo vas a poder ver todos los jueves a las 22hs. en el bar Séptimo Arte, San Pedrito y Ramón Falcón en el barrio de Flores.

Ficha Personal

Cuando vemos llegar a Daniel, cuesta pensar que es un tipo que se dedica a hacer reír: es muy alto (arriba de un metro noventa, fácil) y mantiene un gesto adusto mientras se acerca a nosotros. De inmediato sonríe y podemos ver al tipo que con mucho histrionismo hace reír desde el escenario.

 
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