Tenés
tu programa en América, participás en otro, seguís en Much
Music... Se puede decir que arrancaste muy bien el año.
Sí, creo que uno no va esperando mucho lo que le va tocando en la vida.
Son cosas que pasan y cosas que no pasan. Yo soy una persona que veo mucho el
presente y trato de no proyectar. Me parece que esa gente, como también
la que vive del pasado, termina siendo muy idealista. Y ese no es mi palo. Yo
trato de ser lo más humano posible y de trabajar, de tratar de vivir
bien.
¿Hay muchas diferencias entre un canal de aire y el cable?
Mirá, yo no creo mucho esa cosa de televisón de aire y televisión
de cable. Cambian los tiempos en el aire, el tipo de contenidos tienen que ser
más amplios. Estando en cable uno tiene otros tiempos para expresarse,
para comunicarse con la gente. Hay otra expresión. Creo que en el cable
tenés mucha más libertad porque no tenés el rating que
te persigue. En cambio en el aire todo se agiliza mucho más, se abre
el espectro porque es una televisión más popular. Pero uno trata
de seguir transitándola de la misma manera, adaptándose a cada
tipo de circunstancia para poder ser uno mismo. A mi no me gustaría hacer
una cosa en cable y venir al aire y hacer algo distinto a eso. En ese caso la
estaría careteando. Yo trato de adaptarme con lo que yo pienso, lo que
yo creo y lo que yo quiero hacer. |
¿Es complicado adaptarse a pasar de tu propio programa a otro
en el que participás desde otro lugar?
Lo bueno de América es que puedo tener mi programa y además estar
con una figura como Carmen Barbieri. Lo de estar al lado de una mina como Carmen
me interesó porque creo que ella es una persona muy completa, y la gente
la quiere mucho. En ese sentido ella es muy popular, y me parece que a mi hay
cosas de ella que me interesan, ver cómo labura ciertas cosas. Más
allá de eso, yo trato de jugar el lugar que me toque, tanto en la conducción
de “Agite” como acompañando a Carmen. Yo me he preparado
para eso, ya sea para hacer una pregunta graciosa, para hacer un exterior con
algo que no me interesa demasiado o para hacer algo que me súper divierte.
Es como que tenés que estar curtido y bien preparado.
¿Cómo se hace
para alternar un programa musical con otro que se ocupa de lo cotidiano?
Creo que todos somos un poco kamikazes, y más en el país donde
vivimos. Yo estudié teatro, me recibí de periodista, estudié
cine, guión... Creo que uno se va cultivando, se va formando de cierta
manera como para poder jugar en lo que te toque. De ahí a que te salgan
bien o mal las cosas está en el día a día. Pero creo que
uno debe estar preparado como para poder salir adelante. Y la situación
del país te lleva un poco a eso, a abrir el espectro.
¿Te manejás con Internet?
Sí, no soy un adicto a Internet, pero tengo mis mails, consulto páginas.
Chatear no lo hago porque es algo que me aburre muchísimo, salvo cuando
lo tengo que hacer con mi hermana que está afuera, y nos sirve para estar
en contacto.
En ese caso te sirve mucho.
Sí, yo creo que sí. Hubo cosas que han sido determinantes para
el mundo, como los medios de transporte, la llegada del hombre a la luna, la
aparición del teléfono, de la televisión... Y lo más
reciente en esa lista es Internet. Creo que revolucionó todo. Cuando
uno ve cosas viejas, de los setenta por ejemplo, se puede ver que esas cosas
futuristas que aparecían son como una premonición de todo esto
que estamos viviendo. Todo eso de Internet, de chatear con la camarita, de poder
consultar al instante cualquier cosa, tener la información fresca de
cualquier parte del mundo es algo que a mi me encanta, y cada día me
impacta más, porque no puedo creer cómo vence mi capacidad de
asombro.
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